28 de febrero de 2009

Cuando conoces la verdad

El tren ha comenzado a moverse. Está cargado de gente de todas las edades, la mayoría obreros y jóvenes estudiantes de universidad, tanto hombres como mujeres. Cerca a la ventana se sentaba un anciano con su hijo de 30 años.

Mientras el tren se mueve, el hijo está sobrecogido de gozo, encantado por el paisaje fuera.

“Ve, papá, el paisaje de los árboles verdes alejándose es muy hermoso”.

Esta conducta del hijo de 30 años hizo que los demás se sintieran incómodos con él. Todos comenzaron a murmurar una cosa u otra acerca de este hijo.

“Este tipo parece estar loco”, el recién casado Anup le susurró a su esposa.

De repente comenzó a llover. Las gotas de lluvia cayeron sobre los pasajeros a través de la ventana abieta. El hijo de 30 años, lleno de gozo decía: “Ves, papá, cuán hermosa es la lluvia…”

La esposa de Anup se molestó con las gotas de lluvia, ya que caían sobre su nuevo vestido, dañándolo.

“Anup, ¿no puedes ver que está lloviendo? Usted, anciano. Si su hijo no se siente bien, llévelo a un asilo mental pronto y no moleste a los demás”.

El anciano titubeó primero y entonces contestó en tono bajo: “Regresamos a casa del hospital. Mi hijo fue dado de alta esta mañana. Nació ciego y no fue sino hasta la semana pasada que recobró la vista. La lluvia y la naturaleza son nuevas a sus ojos. Por favor, perdónennos la inconveniencia causada”.

Kartik Bodawala, Indi

6 de febrero de 2009

Hoy… Seré Fiel En Mi Ministerio.


Al pasar el tiempo en el caminar de mi vida cristiana, he llegado a convencerme del hecho de que cada Cristiano debería entender y comprender cual es su ministerio y estar envuelto efectivamente en ese ministerio. Ya sea el ministerio de la oración, la enseñanza de los niños, visitando enfermos, sirviendo como uno que atiende a los que llegan por primera vez a la iglesia o atendiendo a las viudas.

El ministerio debe ser parte de la viuda espiritual del creyente. En esto esta la realización y el crecimiento espiritual también. La Biblia nos habla del carcelero de Filipos, quién al convertirse inmediatamente comenzó a ministrar a Pablo y Silas. El lavó las heridas de ellos y ese día toda su familia se bautizó junto con él.. Yo creo que el ministerio de lavar las heridas tiene un profundo efecto en el testificar a los miembros de la familia.

Sin duda la familia del carcelero dieron el paso a la conversión, porque cada uno de ellos vieron un cambio real en el líder de la casa y ese cambió se tradujo en una vida de ministerio y de servicio. El ministerio tiene un profundo efecto en aquellos que lo reciben así como en quién lo ejerce. La Biblia dice que el carcelero de Filipos tomó a Pablo y a Silas y los llevó a su hogar y les dio comida.

No solamente lavo las heridas, pero fue mucho más allá que eso. De todo esto encontramos que el ministerio del carcelero de Filipos tuvo un profundo efecto en su familia. El se involucró en el ministerio tan pronto fue salvado. El no esperó, su disposición fue inmediata. El hizo las cosas que eran urgente en ese momento.

Hay muchos que no quieren ejercer sus ministerios con libertad porque piensan que lo que ellos hacen no es tan importante como lo que otros hacen. Es maravilloso saber que en el ministerio no hay jerarquías en cuanto a los ministerio que Dios da. Todos los ministerios son igualmente bendecidos y recompensados si esos ministerios están bajo el liderazgo del Señor Jesús.- Lo único que el Señor quiere es disposición.

El ha constituido ministerios especiales como pastor, profeta, maestro, evangelista o maestro, para que estos equipen a todos los santos para que todos los santos ejerzan su ministerio. Hoy quiero ser fiel a ese ministerio que he recibido de Dios.

Gracias Señor, por darme la oportunidad de servirte y servir a tu pueblo. Hoy quiero ser fiel a ese ministerio y saber que todo lo que hago lo hago para ti. Qué hoy pueda entender donde está la necesidad y pueda invertir esos dones allí para bendición de otros. Amén,

Dr. Serafín Contreras Galeano.

Hacer o no hacer ¿Que hago con mi vida?

“Nunca sopla viento favorable para el marino que no sabe en que puerto echar anclas.”
Proverbio americano

Uno de los asuntos que más llega a nuestro buzón de correos es la pregunta ¿Qué hago con mi vida? Estoy en una encrucijada, no se que hacer y si lo debo hacer. Están con indecisiones, no quieren tomar decisiones por temor a equivocarse, a fracasar. Razones tiene el proverbio mencionado arriba. Hay un relato árabe:

“Cuentan que aquella noche era especialmente fría en el desierto. Abdalá montó su pequeña tienda de campaña, tan pequeña que apenas cabía él acostado. Se despidió de su camello, llamado “Indecisión”, acariciándole la cabeza, pero dejándolo fuera, y se dispuso a pasar una noche tranquila y reparadora.

Apenas había conciliado el sueño cuando el camello lo llamó con voz suave, pero insistente. “Déjame meter la nariz en tu tienda, hace mucho frío y la tengo completamente helada…” Abdalá, que era un hombre bueno, accedió a la petición.

Pero ocurrió que en cuanto se durmió profundamente, el camello empujó un poco y metió la cabeza completa. Como la tienda era tan pequeña, al hacer esto topó con la cabeza del hombre y lo corrió hasta que éste sacó los pies por el otro extremo. Abdalá protestó, pero “Indecisión” le hizo ver que eso no era en realidad gran cosa. Pasó poco tiempo para el camello metiera los hombros y empujara a su patrón afuera, hasta las rodillas. Para hacer el cuento corto, “Indecisión” siguió introduciéndose en la tienda, llenándola por completo y sacando a Abdalá por el otro extremo, hasta que finalmente quedó completamente fuera.”

¿Le suena esto conocido? ¿No le ha ocurrido alguna vez que al dejar entrar un poco de indecisión ésta lo llenó todo, sacándolo de las cosas buenas de la vida? La indecisión no es buena para nada, la indecisión es el obstáculo que te impide alcanzar ese resultado extraordinario en la vida, en tu matrimonio, en tus finanzas, en tu carrera o en tu ministerio. Debes tomar decisiones.

Día a día las personas enfrentamos el desafío de tomar decisiones y es que la vida es un asunto de decisión. Nos preguntamos: ¿Qué carrera voy a estudiar? ¿Con quién me casaré? ¿Me conviene esta persona? ¿Cuántos hijos tendré? ¿Dónde viviré? ¿Cómo viviré? ¿Cómo pagaré esta deuda? Entre otras preguntas que nos hacemos, es un hecho que todos los días tenemos que tomar decisiones, pero no nos gusta tomarla y esperamos que alguien decida por nosotros. Es tiempo de hacer decisiones, no temas.

La Biblia enseña en el Salmo 32:8: “Tú me dijiste: “Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti.”

Las decisiones que tomamos hoy afectarán nuestro rumbo mañana., lo que decidamos hoy no solo impactará nuestro futuro, sino también el de otras personas y todo lo que nos rodea. Tomar buenas decisiones dependerá de los valores que hemos incorporado en nuestra vida. Una carrera, un matrimonio, el estilo de vida que deseo o aun cosas sencillas como qué comeré o cómo me vestiré serán decisiones que tomaré por los valores que poseo. La mayoría de las decisiones no son tomadas en una sola vez. Las decisiones toman tiempo para ser completadas, por ello es importante que aprendas a escuchar a Dios.

Sófocles decía: Las decisiones rápidas son decisiones inseguras. Deje ya de decidir a la ligera y aprenda a hacer buenas decisiones. No siga el camino que le lleva atrás, marche hacia adelante sabiendo y tomando decisiones de manera personal. Quiero compartir contigo algunas ideas que te ayudarán a tomar buenas decisiones:

1. Se lo más PRECISO posible. ¿Qué es lo quieres lograr? Examina y encuentra cuáles son las cuestiones importantes y cuáles no. ¿Qué dice la Biblia respecto a ese asunto?

2. Busque soluciones. Vea todas las POSIBILIDADES existentes en relación con la cuestión que hemos de resolver. ¿Qué es sabio hacer? ¿Qué haría JESUS?

3. ELIGE la solución que más convenga para lograr el resultado que busca. Nunca tomes una decisión basada en una emoción o en un sentimiento. ¿Lo qué decido agrada a Dios?

4. PON EN MARCHA la decisión. No tema al fracaso, este dispuesto a aprender de sus errores, pero decida.

5. EVALUE cómo le está yendo, para rectificar en caso de que los resultados no hayan sido los esperados.

¿Tiene dificultad para hacer decisiones? Dios te ayudará, confía en El. La Biblia enseña en Santiago 1:5, “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.

Recuerda antes de decidir ten presente que es tu decisión, nadie debe decidir por ti. Que puedes hacer lo que quieras, pero lo tienes que hacer tú, y hoy porque el mañana aun no llega, no postergues o no esperes a decidir después. La mejor decisión que puedes hacer hoy es adquirir sabiduría. Hoy tu puedes elegir la persona quien te gustaría ser, la vida que quieres vivir. La decisión es tuya.

“La mejor decisión que podemos tomar es la correcta, la segunda mejor es la incorrecta, y la peor de todas es ninguna.” Theodore Roosevelt

En amor y liderazgo,

Pedro Sifontes

Conferencista y Entrenador de Liderazgo y Coaching. Fundador y Director del Centro de Liderazgo Creativo. Pastor del Centro Familiar Internacional Las Buenas Nuevas, Panamá.

Sonríe...de Al Cedeño

Esta canción se la dedico a todas las personas que como yo, buscan una respuesta en su corazón, ante los problemas que le aquejan....espero ...